NAVIDAD 2008
MENSAJE CON OCASIÓN DE LA NAVIDAD 2008
"Salvator noster natus est in mundo" (Misal Romano).
¡Nuestro Salvador ha nacido en este mundo!, aclamamos gozosos en la liturgia de esta noche santa, los cristianos nos alegramos de esto y aunque en la actualidad la Navidad sea tratada como una fiesta comercial y de grandes cenas, realmente es una de las fiestas centrales que une no solo a los cristianos sino al mundo entero.
¡Gloria in excelsis Deo!, es el coro de los ángeles al momento de su nacimiento, en estas fechas debemos de recordar que el verdadero sentido de la festividad es la venida del Hijo de Dios a la Tierra, realmente ahora el hombre con los grandes avances de la tecnología y del internet parece que se aleja más de Dios, pero con el nacimiento de Cristo la humanidad debe unirse en una gran hermandad.
Las celebraciones en todo el mundo son muy coloridas, están presentes los verdes árboles, los belenes y las luces de colores, sin embargo, conocemos el verdadero sentido de esta solemne fiesta, la Navidad es la época del año mas sentimental en donde recordamos a vuestros familiares que se han ido, a los enfermos y a las crisis, sin embargo, giren su pensamiento hacia la gruta de Belén en donde de una forma humilde ha nacido el Hijo de Dios, el Emmanuel, prometido por los profetas del Antiguo Testamento hacia varios cientos de años para llenar al mundo de esperanza y paz y verán como cambian sus tristezas y crisis.
El Señor nos quiere dar un ejemplo, que siendo el mas poderoso y lleno de gloria ha mandado a su hijo de acuerdo a las carencias de aquella época entre animales y gente muy pobre.
En este día de paz, pensemos sobre todo en donde resuena el fragor de las armas: en las martirizadas tierras del Darfur, de Somalia y del norte de la República Democrática del Congo, en las fronteras de Eritrea y Etiopía, en todo el Oriente Medio, en particular en Irak, Líbano y Tierra Santa, en Afganistán, en Pakistán y en Sri Lanka, en las regiones de los Balcanes, y en tantas otras situaciones de crisis, desgraciadamente olvidadas con frecuencia. Que el Niño Jesús traiga consuelo a quien vive en la prueba e infunda a los responsables de los gobiernos sabiduría y fuerza para buscar y encontrar soluciones humanas, justas y estables. A la sed de sentido y de valores que hoy se percibe en el mundo; a la búsqueda de bienestar y paz que marca la vida de toda la humanidad; a las expectativas de los pobres, responde Cristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, con su Natividad. Que las personas y las naciones no teman reconocerlo y acogerlo: con Él, «una espléndida luz» alumbra el horizonte de la humanidad; con Él comienza «un día sagrado» que no conoce ocaso. Que esta Navidad sea realmente para todos un día de alegría, de esperanza y de paz.
«Venid, naciones, adorad al Señor». Seamos pues como los Magos de Oriente, postrémonos y enseñémosle los mejores regalos hacia el Niño Dios, ¿pero como poder hacer eso? muy simple mostrándole nuestro cariño y bienes materiales a los que menos tienen, a los que sufren, acompañar a los que están solos y tener mucha comprensión a sus necesidades.
Ciertamente no fue «grande» según el mundo, porque, en un primer momento, sólo la vieron María, José y algunos pastores, luego los Magos, el anciano Simeón, la profetisa Ana: aquellos que Dios había escogido. Sin embargo, en lo recóndito y en el silencio de aquella noche santa se encendió para cada hombre una luz espléndida e imperecedera; ha venido al mundo la gran esperanza portadora de felicidad: «el Verbo se hizo carne y nosotros hemos visto su gloria» (Jn 1,14)
Hace algunas semanas iniciamos el Adviento, tiempo del calendario litúrgico, en donde nos preparamos junto a toda la Iglesia y la Santísima Virgen a recibir de una forma especial al Hijo de Dios. De una manera especial en nuestros hogares podemos igualmente prepararnos, por ejemplo hacer pequeños sacrificios hasta el día de Navidad, construir un belén y resaltar a nuestra familia la importancia de este símbolo cristiano, también puede ser hablar a familiares lejanos y distantes y desearles una feliz navidad.
La liturgia del Adviento es , como ya se había mencionado, un tiempo preparativo para culminar con la Santa Misa de Noche Buena en donde el católico asiste con una emoción y una participación activa a esta emotiva y santa Eucaristía.
«Despiértate, hombre: por ti, Dios se ha hecho hombre»(S. Agustín, Serm., 185). ¡Despiértate, hombre del tercer milenio! En Navidad, el Omnipotente se hace niño y pide ayuda y protección; su modo de ser Dios pone en crisis nuestro modo de ser hombres; llamando a nuestras puertas nos interpela, interpela nuestra libertad y nos pide que revisemos nuestra relación con la vida y nuestro modo de concebirla. A menudo se presenta la edad moderna como si la razón despertara del sueño, como si la humanidad hubiera salido finalmente a la luz, superando un periodo oscuro. Pero, sin Cristo la luz de la razón no basta para iluminar al hombre y al mundo.
Entremos con los pastores en la cueva de Belén, bajo la mirada amorosa de María, testigo silencioso del prodigioso nacimiento. Que ella nos ayude a vivir una feliz Navidad; que ella nos enseñe a guardar en el corazón el misterio de Dios, que se ha hecho hombre por nosotros; que ella nos guíe para dar al mundo testimonio de su verdad, de su amor y de su paz. Que el próximo año 2009 sea lleno de bendición, salud y paz en el Señor ¡Muchas Felicidades a todos!
Queretaro, a 12 de Diciembre de 2008.
RODRIGO PEREZ ALVA
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